
CUANDO UNA PAREJA NO PUEDE RESPIRAR “EL MISMO AIRE”
Ya lo dice la canción de Pablo Alborán y Camilo:
Lo que no pude con mis besos
Y los abrazos que nunca te supe dar
Pasamos de decir «te amo»
A no poder decirnos, «hola ¿cómo estás?»
Tú y yo, pasamos de ser todo a nada
De comernos con la mirada
Y ahora estamos frente a frente
Y ni siquiera puedes mirarme a la cara
Vivíamos de boca a boca
Los labios no querían soltarse
Y ahora que en el mismo cuarto
No podemos respirar el mismo aire.
Con frecuencia, en las sesiones de terapia de pareja, vemos que muchas de las parejas que vienen a consulta en búsqueda de nuestra ayuda tienen un denominador común que planea por todos los escenarios… y es la no aceptación de determinados aspectos del otro.Y eso hace que, como dice la canción, no puedan ni mirarse a la cara.Muchas personas invierten una energía importante en pretender cambiar al otro, y el problema vienen cuando el cambio que pretenden cambiar son rasgos de personalidad. Si fueran cambios de hábito, eso sí son fáciles de trabajar. Pero, ¿es practico querer cambiar rasgos de la personalidad de tu pareja? Por más intentos que haga, van a seguir apareciendo y estando ahí.Por lo que, si queremos que nuestra relación funcione, la solución pasa por aceptar al otro. Claro está, si la relación nos compensa, si no, no es cuestión de aguantar por aguantar. Pero si queremos seguir en la relación, debemos aceptarlo tal y como es. Sería no centrarnos en lo que nos gustaría que cambiase si no en como puedo encajar en esa realidad que mi pareja no va a cambiar.Así, podemos volver a vivir en los primeros versos de la canción. Volver a encajar, volver a descubrir a la persona que tenemos al lado. Y darnos cuenta de que podemos encajar más de lo que nos pensábamos, que sí que podemos en el mismo cuarto respirar el mismo Aire.Con esta actitud, asumimos un papel más proactivo, no invertiremos energía en cambiar la situación (lo que no soporto del otro), si no en gestionar dicha situación de la mejor forma posible. Redirigir nuestra atención y energía a lo que nos puede resultar funcional, y no a lo frustrante y agotador.